Lección 7: Rodéate de gente con pasión y valor

Caminar por la vida no es fácil cuando se busca ser diferente. Durante los últimas semanas me he sentido un poco defraudado por lo difícil que es encontrar gente que comparta una visión parecida a la de uno, gente con la cual quieras compartir, gente con la cual te puedas inspirar. Porque sin duda, hay muchísima gente que quiere salir adelante, que quiere cambiar, pero que lamentablemente no sale del deseo. De ahí lo importante y difícil de encontrar gente con la cual caminar. Un refrán árabe dice que: “si quieres ir rápido ve solo, pero si quieres llegar lejos ve acompañado”, para llegar lejos debemos buscar gente que nos ayude a no desviarnos de nuestros sueños, gente la cual nos empuje y la cual podamos empujar, gente que sigue una estrella y cada día trabaja para poderla tocar, gente que vive lo que uno vive, que sufre lo que uno sufre, que teme lo que uno teme y sueña con lo que uno también sueña.
Hace unos días escribí sobre los bomberos de sueños, hoy quiero compartir sobre los piromaníacos.
Los piromaníacos, son todas aquellas personas que llevan consigo un fuego personal, un deseo interior, una llama que no se puede apagar y constantemente tiende a contagiar. Son gente de carne y hueso que han visto una necesidad/oportunidad y se han decidido a hacer algo, no se han conformado con el menú tradicional de la vida y han decidido ordenar algo más. Son personas que llevan en el alma cicatrices de caídas pero las cuales nunca dejan de caminar.
Son gente proactiva, que te dan energía, que te inspiran con solo hablar, son “evangelistas”, personas que cambian su entorno, su realidad, son tercos, necios, testarudos, soñadores, inseguros a veces, pero que confían en que el futuro se puede construir a base de trabajo, sacrificio, persistencia y constancia. Los piromaníacos son personas que corren riesgos, que no se limitan y que desarrollan una visión a futuro, entienden que el sacrifico de hoy dará frutos mañana. Son personas que han decidido tomar la vida en sus manos, no son espectadores son protagonistas de sus historias, están muy acostumbrados al no, pero saben lo que es vivir de lo imposible, viven su vida aferrados a sus sueños, a sus “utopías”. Son idealistas, sinceros y siempre buscan potenciarse y potenciar a los demás.
Son gente diferente, que toma la iniciativa y nunca la sueltan, pero como humanos, necesitan del fuego de los piromaníacos para seguir adelante.
Si “queremos llegar lejos” en esta vida es importante buscar crecer y compartir con piromaníacos, gente luchadora y que nos puede ayudar a llevar nuestra vida a otro nivel, debemos buscar relaciones de dos vías. Busquemos piromaníacos, amigos, que nos conecten a nuestra fuente, que nos impacten, que afeten nuestro ser para poder hacer.
Es mi mayor deseo y oración que puedas encontrar y ser piromaníaco en tu camino, que puedas ser luz para los demás y un cambio para quienes lo necesitan. La diferencia entre el bombero y el piromaníaco es simple: la decisión de hacer la diferencia.
Hagamoslo juntos!

Franklin Murillo